Por: Efrain Rios
La mayoría de quienes hemos aceptado al Señor como nuestro Salvador sabemos de memoria la cita de hebreos 11:1 “Es pues, la fe ……….
Así es mi hermano o hermana, tal como lo acaba de expresar o repetir mentalmente… Es pues la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
La palabra fe se puede encontrar en más de 120 citas o referencias bíblicas, y una de ellas dice que la fe proviene del oír o escuchar la palabra de Dios. Romanos 10:17
La lectura de la palabra de Dios hace que nuestra fe germine y crezca cada día mas en nosotros. El leer la palabra nos transforma y eso nos permite conocer las múltiples bendiciones que el Señor tiene preparadas para todo aquel que en Él cree.
¿Cuántas veces hemos escuchado que uno de los sueños del hombre a través de la historia de la humanidad ha sido el poder volar?, ¡¡Hermanos!! ¡¡Para nosotros eso no es un sueño!! ……. siempre y cuando tengamos la suficiente fe para creer que lo podemos hacer!!!
En Mateo 17:20 nuestro Señor Jesucristo nos dice que si nuestra fe fuera del tamaño de un grano de mostaza, le podríamos decir a una montaña pásate de aquí allá y se pasará; ¡¡¡y nada nos será imposible!!! ¡¡¡Imagínese hermano!!! ¡¡¡Teniendo suficiente fe nada nos sería imposible!!!
Así como en este momento muy probablemente estamos maravillados al leer estas breves líneas de su palabra, Jesús nuestro Señor se maravilló al descubrir la fe de ese centurión que se acerco a El cuando se encontraba entrando a Capernaum (Mateo 8.5)
“Entrando Jesús en Capernaum, vino a Él un centurión, rogándole y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralitico, gravemente atormentado; Y Jesús le dijo yo iré y le sanaré.
Respondiendo el centurión dijo: Señor no soy digno que entres bajo mi techo, solamente di la palabra y mi criado sanará, porque también yo soy hombre bajo autoridad y tengo bajo mis órdenes soldados y digo este ve y va y al otro ven y viene y a mi siervo haz esto y lo hace.
Al oírlo Jesús se maravilló y dijo a los que le seguían, de cierto os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe y os digo que vendrán muchos del Oriente y del Occidente y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el Reino de los cielos, más los hijos del Reino serán echados a las tinieblas de afuera, allí será el lloro y el crujir de dientes.
Entonces Jesús dijo al centurión ve y como creíste te sea hecho y su criado fue sanado aquella misma hora.
Así como en este pasaje, en muchos otros libros de la palabra podemos encontrar múltiples y variadas manifestaciones de la fe, que son sencillamente sorprendentes y nos permiten conocer el poder que tiene la fe para nosotros como cristianos.
Reflexionando un poco sobre este pasaje de la palabra, ¿Qué podemos aprender de este centurión cuya fe logró maravillar a nuestro Señor?
1.- Podemos acercarnos a nuestro Señor Jesucristo confiando plenamente en Él.
2.- Reconocer su señorío y su grandeza
3.-Depositemos en el Señor nuestras cargas, pues sabemos que si así lo hacemos Él nos hará descansar
4.- No dudemos de su poder y magnificencia
Así como ese centurión, creamos para que sea echo en nuestras vidas lo que pedimos a Dios, es necesario que día a día nos acerquemos a Él confiadamente, en oración, fortaleciendo nuestra comunión; creyendo que solo Él tiene el poder para dar Salvación a nuestras vidas, transformar nuestro ser, nuestra mente y corazón.
Dios quiere que todos los días como sus hijos podamos experimentar el poder eficaz de la Fe, y que seamos agradables a nuestro Dios, pues la palabra dice que sin fe es imposible agradar a Dios. Hebreos 11:6
Es necesario creer, así como el centurión, para que el Señor nos pueda decir COMO CREÍSTE TE SEA HECHO.
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