Todo el concepto de las misiones parte de la porción de la escritura conocido como la gran comisión.
Lo encontramos en Mateo 28:18-20
“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
En estos versículos encontramos la tarea mas importante que Jesus nos dejo a todos nosotros. Extender el reino, propagar las buenas nuevas de salvación y transmitir todas las enseñanzas de Jesus, para así formar discípulos.
La orden de Jesus es: vayan a todos los lugares a donde mi evangelio no ha llegado; Tribus, países, etnias, comunidades, colonias, calles y familias. Esta ordenanza de Jesus es para todos nosotros. Quizás no todos vamos a llegar personalmente a los lugares mas recónditos del mundo, sin embargo debemos apoyar a aquellos que son enviados por Dios hasta aquellos lugares. Pero ahi no acaba nuestra parte del trabajo. Todos nosotros tenemos la responsabilidad y el respaldo de Dios para ir a nuestros vecinos que no conocen de Cristo, a esas colonias y comunidades que sabemos que están sin una esperanza.
El Señor espera que todos nosotros salgamos, que estemos dispuestos a dejar nuestras comodidades, para extendernos hacia los que necesitan conocer el amor de Dios, y que busquemos hacer nuevos discípulos.
Me asombra pensar que exactamente eso fue lo que Jesus hizo por nosotros.
El estuvo dispuesto y por amor a las almas que se pedían sin Dios, descendió del cielo naciendo a travez de una mujer, no para llegar a un palacio con todas las cosas de las que el era digno, sino que llego a una familia humilde, aprendió el oficio de el lugar a donde llego, fue carpintero. Tal como ahora nuestros misioneros se mezclan en las culturas a las que llegan. El estuvo dispuesto a hacerse como nosotros, compartió la mesa, no con las grandes personalidades de esa época, sino con el que le necesitaba. Camino en medio nuestro, enseñó, bautizó, amó y finalmente murió por las almas por las que dejo su trono.
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
S. Juan 1:14 RVR1960
Jesucristo fue el primer misionero, fue el primero que estuvo dispuesto a sacrificarse a si mismo, a desprenderse de algo, a separarse de su padre por amor a ti y a toda la humanidad.
El mundo necesita conocer la buena noticia, por eso Jesus, ahora espera que tu y yo tengamos la misma disposición que el tuvo y vayamos y prediquemos el evangelio a toda criatura.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Filipenses 2:5-11 RVR1960
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